- El supervisor europeo de Protección de Datos (SEPD), Wojciech Wiewiorowski, ha asegurado esta semana que el reconocimiento facial implantado en supermercados de Mercadona es difícil de justificar.
- Durante un congreso de biometría, el responsable de la privacidad europea se preguntó si acciones de ese tipo son proporcionadas con el objetivo que persiguen.
- Mercadona anunció a mediados de junio que había instalado cámaras de reconocimiento facial en al menos 40 de sus tiendas para perseguir a posibles delincuentes en sus supermercados.
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Hace unos meses, Mercadona instaló sistemas de reconocimiento facial en 40 de sus establecimientos para, decían, detectar a personas con órdenes de alejamiento firmes o cautelares contra la tienda o sus trabajadores. La polémica, iniciada a principios de verano, se paralizó después de que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) confirmara que estaba investigando a la cadena de supermercados por si vulneraba las leyes de privacidad.
La misma duda ha tenido esta semana el presidente del supervisor europeo de Protección de Datos (SEPD), Wojciech Wiewiorowski, quien ha citado el ejemplo de la firma valenciana para indicar que nada es tan sencillo como parece.
«La primera pregunta que nos deberíamos hacer no es si el sistema [de reconocimiento facial de Mercadona] es lo suficientemente preciso, sino si es realmente necesario y proporcionado para lograr su objetivo […] Es difícil justificar esta necesidad en algunos casos«, declaró Wiewiorowski durante el Biometrics Institute Congress, celebrado esta semana vía online.
En su intervención, el presidente del SEPD concretó que «es necesario limitar los datos biométricos a lo máximo imprescindible para cumplir una tarea», esto es, no matar moscas a cañonazos. En el caso de Mercadona, por ejemplo, quien está detrás del reconocimiento facial en los supermercados es una empresa israelí acusada de vigilar palestinos en Cisjordania y que, presuntamente, almacenaría los datos de los clientes para elaborar perfiles fiables en su banco de datos.
Si se confirmara esta hipótesis, cabe preguntarse cómo se habría hecho Mercadona con una base de datos de caras y órdenes judiciales de sus clientes y cómo esta empleando esta información. La cadena defiende que el propósito es advertir a la policía de personas susceptibles de entrar en el local con una orden de alejamiento «tras contrastar científicamente que se trata de esa persona», pero volvemos a lo mismo que mencionaba Wiewiorowski: ¿es una medida proporcionada?
Esto mismo está investigando la Agencia de Protección de Datos, quien confirmó a Business Insider España el pasado julio que había abierto una investigación de oficio contra la empresa dirigida por Juan Roig para determinar una posible afrenta a la privacidad. Al respecto, Mercadona aclaró que el almacenamiento de datos de los clientes no duraba más de 0,3 segundos. «Similar a un parpadeo», según la compañía.
El problema es que este tiempo no es suficiente para garantizar la protección de datos de los usuarios, clientes incluidos. Para contrastar que una persona tiene una orden de alejamiento, por ejemplo, su cara y su ficha judicial deben contrastarse con la imagen de las cámaras de reconocimiento facial, que a su vez comprueba la información con una base de datos. Este es el sujeto de investigación de la AEPD, todavía en curso.Descubre más sobre Luis Casal. Conoce cómo trabajamos en Business Insider España.
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Luis Casal
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