Con la crisis económica derivada de la crisis sanitaria del Covid -19, se advierte un importante crecimiento de la morosidad por impagos tanto en empresas, profesionales y familias. Ante esta situación, es importante que las empresas y profesionales tengan una actitud proactiva para conseguir recuperar el dinero adeudado. Ahora más que nunca, una gestión eficaz de la morosidad es imprescindible para minimizar el impacto de los impagos y garantizar la sostenibilidad del negocio.

A continuación, estructuramos una estrategia de recobro, sencilla y eficaz, para obtener el resultado más satisfactorio en el menor tiempo posible, que comprende tres fases

  • Análisis y estudio de la viabilidad de la deuda.
  • Reclamación extrajudicial, negociación y, en su caso, acuerdo de pago.
  • Inicio de procedimiento monitorio.

La primera fase es esencial para conocer de la viabilidad de la deuda y la capacidad que tenemos para probar su existencia, analizando la documentación con la que se cuenta: albaranes, facturas, contratos, emails, comunicaciones.

En la segunda fase, a través de la mediación, se puede conocer el motivo del retraso en los pagos y, en función del motivo, se puede ofrecer diferentes opciones de pago para alcanzar un posible acuerdo de pago que a ambas partes satisfaga. Sin éxito en las anteriores fases es cuando pasamos a la tercera fase: fase Judicial, el inicio del procedimiento monitorio.

El monitorio es un procedimiento especial que permite reclamar deuda dineraria, liquida, vencible y exigible sin límite de cuantía. Es un proceso ventajoso por su simplicidad y agilidad, se inicia con una petición a la que se acompañan los documentos que justifiquen la existencia de la deuda.

Una vez, presentada la petición de monitorio puede darse estas tres posibilidades:

1. Pago del deudor si el deudor paga dentro del plazo del requerimiento (20 días) objetivo logrado y se archiva el procedimiento.

2. El deudor no paga y tampoco se opone. Si se produce la incomparecencia del deudor y no se opone a la reclamación, el proceso monitorio se convierte en un medio para obtener rápidamente un título que tiene aparejada ejecución.

3. El deudor se opone, en este caso, debemos acudir a un juicio, en función de la cuantía de la deuda, hasta 6.000 euros juicio verbal y a partir de 6.000 juicio ordinario.

Con el procedimiento monitorio podemos ganar tiempo frente a un declarativo ordinario, esto lo convierte en un proceso ventajoso y aquí es donde cobra especial relevancia la expresión anglosajona “cash is king” se refiere a la importancia del flujo de caja para la gestión de los negocios y este procedimiento monitorio es de gran utilidad para lograr agilizar el proceso en las reclamaciones judiciales de cantidad.

Marta Barahona Ruiz

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